Hace unos años leí todo lo que pude encontrar sobre ella, armé un resumen y lo publiqué en mi web. Recientemente remodelé la web y eliminé esa sección, pero no quería que esta historia se perdiera, así que la vuelvo a compartir, con algunos toques. Es que esta historia me fascina.
Elsa von Freytag-Loringhoven (1874-1927) nace en la ciudad alemana de Swinemünde, actualmente Polonia.
A los 19 años, y tras la muerte de su madre, se marcha de casa enojada y triste huyendo de los maltratos de su padre. Se instala en Berlín, lee mucho y conoce el mundo a través de las vanguardias de Munich y comienza a actuar, a realizar diseños y acciones. En 1910 llega a EEUU instalándose en una comunidad rural. Luego de unos pocos años marcharía a NYC.
Con frecuencia trabaja junto a Marcel Duchamp y Man Ray, con quienes tiene una relación personal y artística muy intensa. Mantiene una estrecha amistad con la fotógrafa Berenice Abbott, de quien realiza varios retratos dadaístas que son vistos como poemas visuales. Es Berenice quien le dice a Alfred Stieglitz que debería fijarse en la Baronesa y en la obra que ella está realizando –cosa que no hizo– (Stieglitz además de su afamado estudio era el dueño de la galería 291, se encontraba en ese mismo número de la 5ta Avenida y fue la primera galería que pone a la fotografía en condición de arte. Era muy top en ese momento en NYC).
En este ambiente la Baronesa comienza a escribir poemas y construir objetos con cosas que encuentra abandonadas y realizar performances callejeras –como la filmada por Man Ray y Marcel Duchamp–. El material se perdió antes de ser revelado pero existe documentación que describe el modo provocativo y sexual en el que Elsa von Freytag-Loringhoven posa mientras se afeita el vello corporal. La baronesa es vista y reconocida como una gran artista, una dadá en todas sus formas. La editora Jane Heap es quien publica por primera vez sus poemas en 1918 en The Little Review, la revista literaria que daba a conocer obras tales como El Ulysses de James Joyce.
Coleccionará todo aquello que los demás desecharían y robará como modo de respuesta frente al consumo diseñado para atrapar a la población, sobretodo a las mujeres. El anillo Enduring Ornament es una de las pocas piezas que se han conservado de su obra y se cuenta que la encontró de camino a casarse por lo que la tomó como anillo de bodas.
Otra de sus obras es la pieza a la que llamó God y que fue fotografiada por Morton Schamberg a quien -hasta hace poco- se le atribuyó la autoría completa. Las historiadoras e investigadores consideran que muy posiblemente sea parte de un díptico o por lo menos que se encontraría en diálogo con otra pieza que también habla de tuberías, líquidos, escatologías…
Elsa von Freytag-Loringhoven es ante todo una pionera de la performance, el ready-made y el assemblage. Su actitud dadaísta es una apuesta por la total ruptura de las fronteras entre arte y vida. Además de un estar “contratodo” –eso era el dadaísmo– su búsqueda provocativa y agresiva es fruto de un enojo y desilusión por el mundo que se estaba gestando (guerras, consumo, sistemas de poder y control). Lo absurdo e ilógico eran parte de su estética. Este concepto –pionero en la década del 10– será definitorio para las vanguardias de la segunda mitad del siglo XX. Las performances de Elsa se traducen en paseos por la ciudad o apariciones en las fiestas bohemias de escritores, intelectuales y artistas, en las que interrumpe con vestuarios dadá creados a partir de objetos encontrados en la calle o en la basura, objetos reciclados e incluso robados que son vestidos por la baronesa para ironizar o tergiversar los códigos de vestimenta femeninos.
En 1917 llega al salón de la Sociedad de Artistas Independientes, enviado desde Philadelphia (lugar donde se encontraba la baronesa), un urinario como obra y con la firma de R. Mutt, el cual es rechazado. Duchamp era unos de los miembros del jurado y allí mismo renuncia -quizá por estar en desacuerdo o porque ya se había cansado de esos personajes algo pacatos y conservadores- y se retira llevándose el urinario consigo hasta el estudio de su amigo Stieglitz, quien lo fotografía. Marcel, días después, escribe una carta a su hermana en la que cuenta el episodio: “una amiga envió un urinario al salón y se lo han rechazado por indecoroso”.
La Baronesa –lo encontramos en sus poemas– estaba interesada en los juegos de palabras, en sus sentidos y significados y -como también lo hacía con el género- solía cambiar su nombre, usar seudónimos, uno de los nombres que llegó a utilizar fue el de Richard Mutt.
Escribe su autobiografía en formato de cartas que envía a su amiga Djuna Barnes, en éstas su tono es agresivo, con múltiples voces y miradas sobre su vida. Estilo que, no hace falta decir, no se esperaba de una mujer. Barnes las transcribió con la intención de publicarlas post morten pero nunca llegó a poder hacerlo.
La gran obra de Elsa von Freytag-Loringhoven fue ella misma. Vivió en extrema pobreza y frecuentemente detenida por hurtos o por vestir con ropas de hombre. Su estilo de vida poco convencional declara la guerra al estilo de vida burgués, causando escándalo por sus comportamientos sexuales y de género no normativos. Su personalidad queer hizo de ella una mujer adelantada a su tiempo.
“Es la primera Dadá estadounidense. Ella es la única de todo el mundo que se viste Dadá, ama Dadá y vive Dadá!” Jane Heap, 1922.
Desaparecida la pieza original la Fountain o urinario como también se la conoce, Duchamp comenzó a autorizar su reproducción a partir de 1950, para una exposición y mucho después de la muerte de nuestra baronesa. Así es como tenemos la segunda versión de la fuente que data de ese año, la segunda es del 1953 y la tercera del 63, actualmente hay unas 15 más. El original siempre figurará como extraviado. Hasta su alter ego Rrose Selavy nos da pista ahora para suponer que estaría inspirado en la baronesa.
Elsa entiende antes que nadie cómo los objetos tienen poder, así como la importancia de las acciones y la presencia del cuerpo, y cómo este último es normativizado y reprimido.
La Baronesa es vista como una gran artista, una dadá en todas sus formas. Y es apoyada y aclamada en un primer momento ¿Por qué entonces se silenció su vida y obra? Más que saber si la Fuente fue o no de ella –aunque todo indicaría que sí–, lo más importante para mí es presentar la duda y hacer aparecer la pregunta que movilice el paradigma en el que se ha sostenido (y se sigue sosteniendo) la historia del arte. Hasta podría pensarse en una coautoría, no sé. De todos modos, lo que más suelo pensar es en cómo me hubiera cambiado el “mapa” saber y conocer estas historias de mujeres en mi etapa de estudiante, y así poder identificarme en algunos de sus aspectos, hacer empatía, sentirme acompañada en la búsqueda y en la ruptura de estereotipos y cánones impuestos. Aprender a ver la vida a través de sus ojos y experiencias y no solo desde las miradas masculinas presentadas siempre como geniales y únicas. Seguramente hubieran habilitado otra forma de ser y estar en el mundo. Pienso, también, el revuelo que sería si algunos de los museos o colecciones que tienen actualmente algunas de las Fuentes existentes dijera algo al respecto. No solo la historia del arte se quebraría (no olvidemos que se considera a Marcel el padre del arte contemporáneo) sino que toda la parafernalia económica que hay alrededor entraría en crisis. Algún día sucederá y el siglo XX se verá distante y distinto.
Precisamente, porque gradualmente van apareciendo personas que investigan y traducen valiosa información para que podamos releer y rever todo de nuevo, ¿será que de eso se trata esta época? Quizá. Revisarlo todo y re-aprender. Nos ha tocado un gran trabajo. Y, en última instancia, creo que nos enfrentamos a dos opciones: ignorarlo y seguir repitiendo lo mismo o hacerse cargo cada una como pueda y desde el lugar que pueda.
La dadaísta de las extravagancias murió en diciembre de 1927, a los 53 años, junto a unos de sus perros, en París y en la ruina, bastante sola y agobiada. La causa de muerte? el gas de su cocina encendido.
Uno de sus poemas dice:
Cuando era joven
–tonta–
amé a Marcel Duchamp
se comportó tercamente.
Fuente principal: El maravilloso libro en castellano de Gloria Durán, Baronesa dandy, reina dadá: La vida-obra de Elsa Von Freytag-Loringhoven , Madrid 2013, Editorial Díaz & Pons. Y también la biografía escrita por Irene Grammel.
Por último, aquí te comparto dos cuentas con contenido potente y muy buenos estudios y reflexiones. Las super recomiendo!
un dato curioso: hace poco, esta historia ya ha sido mencionada en Wikipedia.
Que tengas un fin de semana lo más Dadá que puedas ;)
Hasta la próxima!
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