Derivas
recorrido sin rumbo fijo, en el que caminar sin una dirección predeterminada permite descubrir nuevas percepciones del espacio.
Los más de dos millones y medio de kilómetros cuadrados que conforman el país donde nací modelaron mi relación con el paisaje. Aprendí a reconocerme en él, a ser parte de la inmensidad, de lo vasto y de lo tupido. Estar allí es un inside, nunca es desde afuera.
La tierra gravita como mi corazón late.
La desolación de la llanura está situada en el centro del mundo –se la puede ver desde todas partes– y creció y se extendió junto a mí. La montaña es el deseo, el ardor, mi anhelo. Los mares y ríos, el tiempo que no encuentro. El horizonte, la pregunta. Los árboles, mi poder.
Nunca había pensado tanto en este paisaje como ahora, que estoy lejos de él. Nunca me había visto en él con tanta claridad.
Doce mil kilómetros. La distancia siempre ilumina. La soledad, estado puro de toda llanura, es mi hogar. La memoria ya no guarda el mismo contorno, se reinventa. Una parte debió morir. Lo que fui se entrelaza con lo que soy ahora.
El presente se abre paso. Un claro en el bosque.
Las últimas fotografías en las que trabajé me llevaron a reflexionar sobre ese paisaje que, desde siempre, está presente en mis imágenes (las reales, las inventadas, las recordadas). La imagen nos configura y, como dice Tarkovski, es probable que todo radique en los recuerdos y vivencias de la infancia. Sin idealizar aquella etapa, el descubrimiento del mundo, esa experiencia primera, nos deja una marca. Y quizás por eso, de algún modo siempre volvemos a ella, con o sin conciencia.
Hace unos seis años, recién llegada, una tarde me acerqué a una feria: Fiebre. Había oído que era de las buenas. Allí me crucé con un libro cuyo título me capturó de inmediato: Como verde y el paisaje inalcanzable. Paradojas del (cuerpo y el) paisaje fotográfico contemporáneo, de Gema Pastor Andrés. No conocía su obra ni sabía quién era ella. ¡Qué liberador es ese estado!: no saber, acercarse sin prejuicios, descubrir. Algo parecido a la infancia
Ahora abro el libro y busco las páginas subrayadas, las anotaciones. El ensayo es breve y bello. Me detengo en esto:
Un paisaje que, además de ser mirado, debe ser comprendido en su esencia, ocupado para obtener de él la propia identidad, sobrepasado en sus limites para ponerlos en duda y, sobre todo, cultivado desde el espíritu para que revele cuáles son las esperanzas que esconde.
El viernes pasado fui a un concierto (en Buenos Aires decimos show, o decíamos… no sé cómo se dirá ahora). La cantante agradeció con especial énfasis a quienes estábamos allí presentes y dijo: “La escena no se construye sola, así que gracias por estar aquí”. Por ahora, comentan que intentan no subir su música para que la gente vaya a sus conciertos, viva la experiencia en vivo y, de este modo, también los apoye: comprando la entrada, el merch, bailando, compartiendo. Hay mucha oferta en las grandes ciudades y el acceso aparentemente ilimitado a todo nos deja, de un modo u otro, más alejadas, física y emocionalmente. Hicimos una expo hace un tiempo atrás en la que los propios artistas convocados no fueron ni un día.
La escena no se construye sola. Tomaré las palabras de Aver como un mantra para esta década. Si tienen la oportunidad de escucharla/les, no lo duden: es una experiencia hermosa.
El martes será la presentación de la novela de María Ovelar. No leí nada de ella, pero me la he cruzado en algunos sitios y me cae bien. Hacemos comunidad estando presentes. Modelamos nuestra forma de pensar y sentir en contacto con los demás. También formamos opinión, tomamos vino, reímos, reflexionamos y argumentamos.Y, así como para conocer la propia casa hay que alejarse de ella, para saber quiénes somos (o queremos ser) hay que relacionarse con la alteridad, porque en la diferencia nos encontramos.
Pasaron las ferias de la semana del arte y estuvimos en Hybrid y en Arco. Aún estoy recuperando energías y no solo las propias sino las del grupo. Quedamos felices aunque un poco agotadas por la intensidad del proceso. Y esto es solo el comienzo. Está cada vez más claro que al elegir una obra, no solo se apoya al arte independiente y contemporáneo, sino que también se lleva consigo una historia y una idea de este tiempo y de la autora. Estamos tan agradecidas con quienes compraron alguna de nuestras publicaciones, por las respuestas de los visitantes y los comentarios bonitos hacia nuestro proyecto, que ya estamos pensando en las siguientes presentaciones.
Mientras tanto yo sigo queriendo ordenar todo en libros. Mi vida editada y ficcionada se acerca más a la verdad que cualquier otro documento. Persuado a otras personas a hacer lo mismo y espero que -si me hacen caso 😉- sientan la misma felicidad que yo.
Algunos de estos paisajes los he dejado aquí a la venta, junto con unas pequeñas publicaciones que funcionan como ensayo poético. Hace varios años, cuando con mi amiga Vero diseñamos una feria de arte itinerante, queríamos que obra, artista y público compartieran el mismo espacio, y que ese espacio fuera accesible desde lo económico, lo simbólico y lo físico. Siempre estuve interesada en el diálogo, en el intercambio. Escribo para mí, pero mi yo son los otros.
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Clínica de obra, individual y online. Con posibilidad de encuentros grupales mes a mes 📓
Acompañamiento editorial para mujeres fotógrafas 📷
Esta noche, a las 10 estaré conversando con Pilar Talavera en su programa Rastros de Carmín, el Prat Radio 📻
que tengas una bella semana,
hasta la próxima! ☀️
hermoso...preparada para escucharte hoy en la radio jajaja veremos...escucharemos? besoooo