El primer trabajo que conocí de Paul Graham fue “a shimmer of possibility”. Su estilo y montaje marcaron el camino por el que me gustaría ir años más tarde. La fragmentación y la secuencia sobre el muro no era algo habitual en una exposición de fotografía, como tampoco lo era romper la linealidad. Siempre me interesaron esas formas no lineales, con rupturas, porque era así como mi vida venía sucediendo. Y eso, justamente, me alejaba del resto. Hoy sé que, tarde o temprano, toda experiencia se vuelve así, fraccionada, aunque nos empeñemos en hacer que todo encaje en ese estilo de presentación-nudo-desenlace que Hollywood nos enseñó.
A propósito de la presentación de su último libro y una expo dentro de la programación de PhotoEspaña, he vuelto a sus fotografías. Treinta libros editados y un cuerpo de obra muy profundo donde la búsqueda estética del color (como se presentó en un momento) va más allá de un juego de formas. El paisaje urbano como escenario y símbolo de un pensamiento. La condición humana. La desolación o la inquietud que a veces implica estar aquí, en este mundo, a veces con tan pocas posibilidades. La pregunta. La periferia, siempre. El borde. Cada uno de estos elementos, al entrelazarse con los demás, crean su propia literatura.
En los últimos días he nombrado su trabajo más de una vez , en las clínicas , entre amigas y en el laboratorio de non finito. Tengo devoción por los proyectos madurados durante años y que se entrelazan en el tiempo.
El aspecto de Paul Graham parece no haber cambiado en estos últimos 20 años. Eso me desorienta un poco. ¿Estoy en el 2005 en Buenos Aires? Pelos revueltos y gafas de cineasta. Un modo de hablar tranquilo. Pero ahora sus proyectos se acercan a otro margen: el de la propia existencia, - al igual que lo hace Nan Goldin en su trabajo Memory Lost - , sus cámaras apuntan hacia el pasado o hacia el futuro. Sitios imposibles de ver, como el sol y la muerte. Como los pensamientos.
sus cámaras apuntan hacia el pasado o hacia el futuro. Sitios imposibles de ver, como el sol y la muerte. Como los pensamientos.... bello
gracias por siempre siempre aportar, sembrar, contarte y enseñar