Inauguro esta sección de conversaciones con la intención de inspirarnos las unas a las otras. A ver si juntas hacemos un espacio bonito dentro de este mundo agitado y gris.
Esta primera entrega será con Leila Forés, autora del fotolibro Promenade del que ya hablé anteriormente
¿Cuándo comenzaste con el proyecto o a tomar este tipo de fotografías? ¿Qué lo motivó?
En realidad no es un proyecto como tal, no hay un concepto a desarrollar, ni un para qué. Quizás la respuesta la encuentro en el porqué.
Finalizados los estudios de Imagen y Fotografía en Valencia y después de buscar alguna salida, teniendo en cuenta que tenía claro que no quería vagar por el mundo de BBC ( bodas, bautizos y comuniones), abandoné la fotografía. Estuve más de 15 años sin disparar, con una cámara analógica rota y con total desinterés hacia ella.
Mi regreso ocurre a partir de la crisis del 2008 cuando me pregunté: ¿y si tengo que cerrar el negocio?, ¿qué opciones tengo? Me había quedado atrás con todos los avances tecnológicos, la era digital pasó por mi lado y yo sin enterarme… una se hace mil preguntas… y aparece mi curiosidad por la fotografía digital, empiezo por las noches haciendo talleres fotográficos online a la par que me compro mi primera y única cámara digital con la que actualmente trabajo. Al poco tiempo de este buceo, hago un taller de autorretrato que coincide con el inicio de la época más complicada para mí a nivel emocional. El trabajo personal e íntimo empieza a ganar terreno y encuentro una línea expresiva marcada por el movimiento, el desenfoque y el b&n, acentuando mis estados anímicos, sin querer que se me reconociera, pero poniéndome en primera persona, porque todo aquello que era incapaz de expresar con palabras lo lograba a través de las imágenes. Tardé tiempo en mostrarlas, y si lo hice fue por el apoyo de mi círculo más cercano.
El motivo y motor de mi trabajo más destacado se desarrolla con el principio de la enfermedad de mi padre. Hay una necesidad imperiosa de sacar aquello que me oprime, que me derrota en la soledad. Toda mi energía estaba puesta en él y mi manera de superar el día a día me llevó a necesitar como el agua el ponerme frente a la cámara y en silencio dejarme llevar. No pude parar durante tiempo y a la vez era agotador, necesitaba tomar respiros e irme a otros intereses fotográficos, pero sabía que el regreso estaba cerca, el cuerpo me lo pedía. Es un trabajo que aún continúa con espacios de tiempo más largos, porque si bien tuvo un final, enseguida se enlazó con la enfermedad de mi madre. Recuerdo que la primera foto que dio el pistoletazo de salida hacia el trabajo más personal era en color, paradójicamente la desarrollaría en b&n posteriormente. La presenté a mi primer concurso internacional y fue premiada, me hizo coger confianza y mostrarlas a medida que las iba realizando.
2. Las imágenes las ves antes de hacer la foto? Bailas? Eso parece a veces.
No preparo ninguna imagen, me inspira la propia localización. La mayoría de fotografías se han tomado en un entorno muy cercano y familiar y otras en lugares a los que he tenido acceso por generosidad de sus propietarios. No me fuerzo a la hora de disparar, únicamente hago si estoy en estado foto, si mi ánimo y energía lo pide. Coloco el trípode, encuadro, mido luz y juego frente a la cámara, siempre en silencio. Sin saber que quiero decir. Es a posteriori, con el visionado en el ordenador cuando voy viendo, descubriendo y a la par, con el tiempo, entendiendo que es lo que estaba expresando, convencida de que es el subconsciente el que trabaja sin darme cuenta. Cuando la imagen está cerrada dedico tiempo en la búsqueda de una música que me haga volar con ella.
Respecto a bailar, … pues de pequeña hice ballet, creo que algo queda de ello, juego con el movimiento en mis imágenes. Quizás es de lo que hablaba antes respecto al subconsciente, ahí está todo nuestro recorrido emocional, educacional, sentimental … todo aporta a la imagen final.
3.¿Con el libro das por finalizado este modo de hacer fotos? ¿Qué viene ahora?
Debería cerrarse un círculo con el libro, pero no sé bien qué contestarte. Tengo la sensación de que no mando sobre él. Si se tiene que quedar aquí, así será y si el cuerpo pide hablar, seguirá. ¿Qué viene ahora? tampoco lo sé. No planeo ni estructuro a futuro, me seguiré moviendo por impulsos, por todo aquello que me motive y que me emocione.
4. Los libros son maravillosos porque no solo perduran en el tiempo, sino que viajan, conversan con extraños y se instalan en hogares desconocidos. ¿Qué esperas de tu libro?
Comparto tu mirada sobre los libros ♡. Esperar, no espero nada del libro, que me lleve donde lo mueva el viento. De las cosas más bonitas que me están pasando con el libro es el recibir mensajes de desconocidos con tanta sensibilidad y emoción!!! Lo agradezco enormemente, porque yo lanzo mi intimidad y es recogida con mucha generosidad, transmite, transporta a quien las mira y esa es mi finalidad con mi trabajo: emocionar.
Puedes encontrar a Leila y comprar su fotolibro aquí
Feliz fin de semana
Hasta la próxima !!
Me encanta :) Lo voy a usar en unas clases, si me das permiso