Es una alegría muy grande leerte, y aún más escucharte.
Me gustó mucho el relato de los comienzos de año, momentos tan fundacionales con los que conmemoramos el paso del tiempo, y como ello nos repercute, nos designa, nos invita.
Toda conjunción astrológica es pagana, y como tal, sagrada.Encuentro en tus relatos ese respeto por lo profano que tan bien me hace. Sin intentar cambiar nuestro pasado, pero asumiéndolo en un contexto fuera del alcance de los dioses religiosos oficiales. Cultivar lo pagano es volver al estado iniciático de la mitología ancestral. La que se corrompió con las ansias del poder y la conquista. No me interesa la denuncia pero sí la necesidad de situarme ante el universo.
Pero volvamos a los inicios de año.
Me interesa el recuerdo de lo pasado. Las grandes reuniones cerca de Los Andes y la solidez de las montañas. Las familias que se fueron reduciendo hasta solo quedar rodeado de los seres esenciales. La necesidad del mar. La música a todas partes. Uruguay surge entre la bruma y la arena. La lejanía. El imaginarme que un día dejaría todo para escribir, pero también para fotografiar. Ambas actividades que me invitan y conminan a dejar una huella, a interpretarlas y vivirlas como un rito. Imaginarse una vida retirada luego de haber entendido algunas cosas sobre el mundo y la sociedad occidental. Pensar en cuánto nos ayudó Marta en ese propósito. Y el arte, nuestra religión de base.
Me inspira tu relato, corto, pleno, desesperado. La búsqueda de una verdad, aunque sea pasajera. Una comprensión cabal de que cada momento cuenta, porque es un fragmento de un testamento que es tuyo por definición y porque ante uno, ser dios es la única posibilidad.
Estoy construyendo mi diario. Cuadernos manuscritos que se apilan y constituirán mi huella. Mi prueba de algo que sucedió. Hay tres diarios —seguramente hay miles pero estudio con recelo éstos tres— que me acompañan: "Martirologio", de nuestro querido Andrei Tarkovski, "Ningún lugar adonde ir" del querido lituano Jonas Mekas, y los diarios de Ricardo Piglia, relatados por él mismo. Piglia mismo sostiene que el hacer un diario contiene la vida de una persona en un formato que es esencialmente literatura en estado puro.
Mi vida cívica transcurre otros carriles, no menos demandantes y acaso divertidos, pero Madrid para un taller sería un gran gran plan. Que como todos, se seguirá construyendo.
Alegría mía encontrarte aquí y viajar y habitar ese universo paralelo donde aún estamos alrededor de aquella mesa blanca. Y encontrarte junto a Amanda. Todo tan simbólico...
Me gusta tu idea del cultivo a lo pagano y ese regreso a aquel mundo que alguna vez nos precedió y que, de algún modo, ya habitábamos.
Al leer Andes, debo confesarte, sentí una congoja particular, solo quien pudo estar por esas geografías entiende qué se siente frente a esas maravillosas montañas. Extraño, particularmente, nuestra geografía y -mira qué curioso- hasta ahora nunca había percatado en la necesidad del uso de ese adjetivo posesivo, como si la pertenencia a cierto paisaje también fueran signos de Identidad. Y claro que lo son.
Como cuando dices también "nuestro querido Andrei Tarkovski" y vienen a mi memoria charlas, personas, lugares y fotografías compartidas. Qué maravilla las palabras.
Amo los diarios también, y aliento a que sigas construyendo el tuyo y a que te den ganas de compartilos en algún momento :)
Hola, Lu! Qué lindo leer todo lo que compartiste sobre los rituales, gracias! <3 Y hermoso encontrarme con las palavras de Javi acá abajo también!
Me encantó saber las historias de tus años nuevos marcantes y creo que voy a probar el ritual de la vela de Allende.
Por acá, el ritual fue poner la casa nueva para darle vuelta al año, así que capaz sea un año de dar la bienvenida a todo lo que es nuevo.
Besos grandes y un gusto leerte otra vez!
Amanda querida, verte aquí junto a Javier qué lindo, no?
A mí me a dado una alegría especial. Debí tomarme un tiempo para no caer en el sentimentalismo barato jeje.
Bien por tu casa puesta a nuevo. El ritual de la vela es convocante, no falla. Probalo y contame :)
Beso grande
¡Hola Lucila!
Es una alegría muy grande leerte, y aún más escucharte.
Me gustó mucho el relato de los comienzos de año, momentos tan fundacionales con los que conmemoramos el paso del tiempo, y como ello nos repercute, nos designa, nos invita.
Toda conjunción astrológica es pagana, y como tal, sagrada.Encuentro en tus relatos ese respeto por lo profano que tan bien me hace. Sin intentar cambiar nuestro pasado, pero asumiéndolo en un contexto fuera del alcance de los dioses religiosos oficiales. Cultivar lo pagano es volver al estado iniciático de la mitología ancestral. La que se corrompió con las ansias del poder y la conquista. No me interesa la denuncia pero sí la necesidad de situarme ante el universo.
Pero volvamos a los inicios de año.
Me interesa el recuerdo de lo pasado. Las grandes reuniones cerca de Los Andes y la solidez de las montañas. Las familias que se fueron reduciendo hasta solo quedar rodeado de los seres esenciales. La necesidad del mar. La música a todas partes. Uruguay surge entre la bruma y la arena. La lejanía. El imaginarme que un día dejaría todo para escribir, pero también para fotografiar. Ambas actividades que me invitan y conminan a dejar una huella, a interpretarlas y vivirlas como un rito. Imaginarse una vida retirada luego de haber entendido algunas cosas sobre el mundo y la sociedad occidental. Pensar en cuánto nos ayudó Marta en ese propósito. Y el arte, nuestra religión de base.
Me inspira tu relato, corto, pleno, desesperado. La búsqueda de una verdad, aunque sea pasajera. Una comprensión cabal de que cada momento cuenta, porque es un fragmento de un testamento que es tuyo por definición y porque ante uno, ser dios es la única posibilidad.
Estoy construyendo mi diario. Cuadernos manuscritos que se apilan y constituirán mi huella. Mi prueba de algo que sucedió. Hay tres diarios —seguramente hay miles pero estudio con recelo éstos tres— que me acompañan: "Martirologio", de nuestro querido Andrei Tarkovski, "Ningún lugar adonde ir" del querido lituano Jonas Mekas, y los diarios de Ricardo Piglia, relatados por él mismo. Piglia mismo sostiene que el hacer un diario contiene la vida de una persona en un formato que es esencialmente literatura en estado puro.
Mi vida cívica transcurre otros carriles, no menos demandantes y acaso divertidos, pero Madrid para un taller sería un gran gran plan. Que como todos, se seguirá construyendo.
¡Un beso y hasta pronto!
Javier
Alegría mía encontrarte aquí y viajar y habitar ese universo paralelo donde aún estamos alrededor de aquella mesa blanca. Y encontrarte junto a Amanda. Todo tan simbólico...
Me gusta tu idea del cultivo a lo pagano y ese regreso a aquel mundo que alguna vez nos precedió y que, de algún modo, ya habitábamos.
Al leer Andes, debo confesarte, sentí una congoja particular, solo quien pudo estar por esas geografías entiende qué se siente frente a esas maravillosas montañas. Extraño, particularmente, nuestra geografía y -mira qué curioso- hasta ahora nunca había percatado en la necesidad del uso de ese adjetivo posesivo, como si la pertenencia a cierto paisaje también fueran signos de Identidad. Y claro que lo son.
Como cuando dices también "nuestro querido Andrei Tarkovski" y vienen a mi memoria charlas, personas, lugares y fotografías compartidas. Qué maravilla las palabras.
Amo los diarios también, y aliento a que sigas construyendo el tuyo y a que te den ganas de compartilos en algún momento :)
Gracias por mencionar a Marta.
Gracias por el tiempo tomado en escribir aquí.
Un beso grade.
Lu